¿Qué es la Conjuntivitis?
La conjuntivitis, también conocida como “ojo rojo”, es una enfermedad de los ojos especialmente común en los niños. Hay varios tipos de conjuntivitis y algunos de ellos pueden ser muy contagiosos. Se pueden contraer tanto en la escuelas como en casa.
La conjuntivitis es una inflamación o infección de la conjuntiva, que es una membrana transparente que recubre el interior del párpado y la parte blanca del ojo. Si se trata de una infección, puede ser bacteriana o viral. Si es una inflamación, también podría ser causada por una reacción alérgica a algún irritante en el aire como el humo u otra forma de contaminación, el polen, los cosméticos o el cloro de una alberca o piscina.
De hecho, las personas que sufren de alergias estacionales son más propensos a la conjuntivitis.
Es importante recordar que la conjuntivitis en sí es una infección sin gran trascendencia pero que puede volverse un problema más serio y afectar a uno o ambos ojos.
Algunos de los síntomas de la conjuntivitis son:
Una sensación como de tener arena en el ojo
Una sensación de picazón o de ardor en el ojo
Lagrimeo excesivo
Una secreción del ojo o los ojos
Párpados hinchados
Enrojecimiento en la parte blanca del ojo
Un aumento en la sensibilidad a la luz
Si notas estos síntomas, consulta a tu oftalmólogo u optometrista. Te hará un examen de los ojos para determinar si se trata de conjuntivitis y determinar el tratamiento a seguir.
Si te diagnosticaron conjuntivitis, es importante que mantengas una buena higiene para evitar contagiar a los demás. Debes seguir estos sencillos pasos:
No te toques ni te frotes los ojos.
Lávate las manos frecuentemente con agua caliente y jabón.
Cambia tus toallas cada día y no las compartas.
Tira tus cosméticos para los ojos, especialmente tu rimel. ¡Si tienes conjuntivitis, están infectados!
Nunca compartas tus cosméticos, tus gotas para los ojos o los líquidos para tus lentes de contacto.
Asegúrate de desinfectar correctamente tus lentes de contacto.
Pero lo más importante es mantener la calma. Si sigues las instrucciones de tu médico, tus ojos pronto regresarán a su estado normal de blancura y comodidad.
Fuente: Vida y Salud
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